lunes, 8 de septiembre de 2008

RECUERDOS TAN FRESCOS


Y un día muy común, por plan del destino, o la vida, o por Dios, o ese ser superior que nos maneja como marionetas, el reencuentro se concreto, y todo fue distinto desde ese preciso instante.
ELLA ya no lo esperaba, ya se no se acordaba de los sentimientos que EL le provocaba. Pero por alguna razón, ese día volvieron a florecer, como lo hace una semilla que inverna bajo la tierra por meses; gestándose muy por debajo de todo y sin que los demás pudieran verlo. Aparecieron sin el permiso de nadie.
Era raro, extraño…., No sabía si estaba mal o bien, pero aparecieron. ELLA no entendía como su presencia, después de más de un lustro sin verlo, podría provocarle tantas cosas. De todas formas eran sentimientos de ella, ¿Solo de ella?
Desde su primer intercambio de miradas, así lo creyó. Después de tanto tiempo, no esperaba nada.
Ya había esperado demasiado de ÉL en la época en que, para ella, EL era el amor de su vida. Aunque no podía negar, que guardaba una mínima esperanza, Sí, lo hacía…
En su corazón y bajo 7 llaves que resultaban ser excusas y frases que lograban conformarla, sólo para evitar que vuelva a ocurrir, que vuelva a doler, ELLA ya no quería eso.
Lo miró, EL también lo hizo, pero sus miradas no expresaban más que un poco de confusión. Continuaron viendo a su alrededor, después de todo, era un encuentro de ex-alumnos, había mucha gente que no habían visto desde aquella colación que marcaba el final de una etapa.
Pero para ELLA, EL era el centro. Aunque, al igual que en su adolescencia, no iba a tomar la iniciativa. Iba a esperar, algo le decía que esta vez sería distinto, que el final podría no llegar tan rápido en esta historia.
Una vez que el grupo total de ex-alumnos estaba completo, en el patio de su antiguo colegio, la charla se dio por inaugurada cuando la mayoría de las chicas, mujeres, tomaron el centro del patio, formaron una ronda y comenzaron a hablar de tantos temas, historias a la vez como les era posible. Ponerse al día de la vida de quienes alguna vez compartieran aulas, risas, campamentos y hasta castigos.
ELLA se despojó de sus antiguos sentimientos que en su cabeza rondaban, “por su seguridad” y se unió a ese gran grupo que sentados compartían anécdotas como si el tiempo o la vida nunca los habría separado.
Era una situación normal, de gente que se reencuentra y habla hasta la afonía compartiendo esa felicidad por volverse a ver. Pero esta vez iba a ser distinto… Y alguien en ese momento procuró hacerlo BIEN.
Una divertida música comenzó a oírse desde un altoparlante y sobre esta, alguien daba un anuncio. Debían formar grupos de 4 personas.
ELLA pensó – “Eso no es problema, busco a mis amigas”La voz continuó…
-…” Deben ser personas que no hayan visto por un largo tiempo”
ELLA seguía calculando (siempre hacía eso, su especialidad era adelantarse a los hechos, era una persona brillante)…” Ahora si me la complicó”…”Bueno busquemos a ver… “
Repaso las caras que se miraban unas a otras y se dijo…” Empecemos por las chicas que estudian afuera”
Pero había alguien, a quien por cierto no podía reconocer, estaba convencida en no dejarle pasar fácil la jornada; y su voz le era tan familiar.
Antes de apagarse la voz dijo:-“… Deben ser dos mujeres y dos hombres…”
ELLA lanzó un gran suspiro y sin perder más tiempo miró a su derecha y tomó la mano de quien ocupaba ese lugar.
Era Brenda, de verdad hacía mucho que no la veía, ni siquiera recordaba saber que era lo que estaba estudiando o a que se dedicaba. …”Será lo primero que le pregunte”, pensó, Pero antes:
Miró a Brenda y le dijo: -“Necesitamos encontrar a dos caballeros”
Ambas se miraron y rieron, lo que llamo la atención de más de uno.
Comenzaron a buscar a ver quienes serían sus parejas. ELLA miraba sin mirar, cuando de repente fue arrastrada hacia el lado opuesto hacia donde miraba por Brenda. – “…Creo que veo a los caballeros…“
Cuando ELLA giró para verlos, comenzó a creer que esto no iba a ser fácil, sobre todo para su corazón. No era una chica fatalista ni mucho menos, pero las relaciones amorosas nunca fueron su fuerte. Era muy cobarde como para enfrentarlas.
De repente un pensamiento la invadió, “No debería pensar en cosas pasadas, tengo que aceptar que solo es otro compañero más de la primaria”. Ahí cayó en la cuenta, que verdaderamente muchas cosas no quedan saldadas si solo las olvidas.
Ahí estaba EL, junto a Cristian. Casualidad o destino, los dos habían sido sus últimos compañeros de banco en ese colegio. Pero estaba claro que Cristian era un amigo, después de todo salía con su mejor amiga. Sabía como manejarse con Cristian, pero con EL, con él era como vivir en el país de lo desconocido. Con EL se sentía perdida, no sabía ni como tratarlo.
Estaba distinto, ELLA también lo estaba, aunque por dentro sabía que se mantenía igual que 7 años atrás cuando de alguna manera se dijeron adiós.
Finalmente, despertándola de sus pensamientos, Brenda habló:
-“Buscamos un par de compañeros, ¿ustedes tienen compañeras?”
Ambos varones se miraron, esbozaron una sonrisa, EL le guiño un ojo a Cristian y Cristian respondió:
-“Sí,…Ustedes”
Los cuatro rieron. Era natural de Cristian, siempre bromeaba, era como el payaso de la escuela en su época y aún seguía pero en una versión más madura.
Finalmente los cuatro se sentaron bajo las ventanas de su antigua sala de computación, y fue Brenda quien tomó las riendas y comenzó con “el interrogatorio”. ELLA contestaba, o compartía alguna expresión con Cristian y a menudo reía con Brenda, pero con EL, solo eran formalismos, todo le parecía raro. No sabía porque, pero no podía ser totalmente natural con EL.
Sí, si lo sabía…La culpa eran de sus viejos sentimientos aflorados y esa maldita vergüenza que ya era parte de su personalidad, aunque ella se negaba a creerlo.

Cuando la charla iba haciéndose más amena, y ella comenzaba a sentir comodidad, la música se apagó. La voz tan raramente familiar apareció nuevamente, y esta vez iba a complicar las cosas. La iba a complicar a ELLA. La oyó con atención, igual que los otros tres integrantes.
- “…Ahora que ya han charlado sentados, vamos a pararnos todos y a reducir los integrantes de cada grupo…”
Por alguna estúpida razón todos hacían caso a la voz del parlante, tal vez era el volver a vivir la sensación de obedecer dentro de ese colegio, como lo hacían en su niñez y adolescencia. No sabía bien porque pero todos cumplían las consignas que esa voz ordenaba.
La voz continuó, -“…Deben formar parejas de sexos opuestos”.
Cristian fue el primero en levantarse, y tomó a Brenda de la mano para levantarla. Esta aceptó, miró a su compañera, le sonrió y levanto sus hombros.
Brenda miró a Cristian y el la levanto del piso.
ELLA quedó atónita, no por la actitud de Cristian, no, Sino porque sabía quien sería su compañero.
EL miro a Cristian, solo lo miró.
ELLA sabía que esta vez, todo sería distinto.
La voz continuo: -“…La consigna es bailar, pueden seguir hablando pero están obligados a bailar…”
Todos se miraban con expresiones que pasaban de caras chistosas, a caras de vergüenza, mezcladas con algo de diversión. Todo era muy entretenido para los ex-alumnos.
EL sonrió, fue como algo inconsciente, y ELLA lo vió tan claro. Se puso de pie, la miró y le extendió su mano.
Confundida a más no poder, acepto su mano y él la ayudo a levantarse.
EL sujetó fuerte y con firmeza su mano, sin soltarla, comenzó a caminar hacia la izquierda, directo a un pasillo. Antes de llegar, se frenó.
ELLA lo miró confundida, El rompió ese incómodo silencio.
-“Acá hay más lugar para bailar”-dijo.
Era verdad, había mas espacio, era mas cómodo, pero también estaba más al resguardo de miradas, aunque cada pareja parecía entretenida en su baile.
Una lenta y melódica música comenzó a sonar, conocía la canción, sabía la letra de memoria, pero en ese momento no podía recordar ni siquiera quien la cantaba.
Buscó a Brenda con la mirada, pero no logro verla, EL la distrajo al instante.
Sintió como dulcemente y como si ella fuera un débil cristal, EL pasaba sus manos por su cintura, hasta rodearla completamente y sentir sus manos contra su espalda.
ELLA lo miró, su mirada era ambigua, parecía que lo quería, pero había algo que mostraba resistencia en sus morenos ojos. Dudando un poco, entrelazó sus manos por detrás de su cuello.
EL habló. ELLA aunque parecía perdida oyó cada palabra que salía de su boca.
-“Parece que vamos a bailar lentos…”
ELLA esbozó una dulce pero tímida sonrisa y asentó con su cabeza para responderle. No podía hablar, el hecho de estar tan cerca de él, hacía que le faltara el aire.
Era como si de repente volviera a tener 14 años, y sentir esa sensación de que la sangre corre más rápido por sus venas y su estómago estaba lleno de mariposas…
EL rompió sus pensamientos…-“Seguis callada, Como siempre”…-dijo.
Lo miró a los ojos, y volvió a ver el color de sus pupilas, no hace falta decir, que ella los recordaba a la perfección, eran los ojos color miel más dulces e inigualables que recordaba.
Algo en ella le decía que esta vez iba a ser distinto
Tomó coraje y respondió: “Estas tan cambiado. Hacía años que no te veía y eso que la ciudad es chica…”
EL la miró con ternura infinita, como si supiera lo que le había costado poder responderle.
-“Es verdad, parece que anduvimos por lugares muy distintos”.
ELLA lo miraba a los ojos, aunque su boca lo distraía.
EL cada vez más cerca, le hablaba. Su voz era más dulce de lo que ella recordaba, era casi un susurro. No hacía falta levantar la voz, a pesar de que la música estaba alta. Los dos estaban muy cerca, podían oír hasta la respiración del otro.
ELLA se relajo un poco más, comenzaron a hablar de su presente y de sus proyectos. ELLA no quería recordar el pasado, a EL le daba igual, no sabía lo que ella había sentido años atrás. Pero ella tampoco sabía nada de sus sentimientos pasados. Eran como dos desconocidos en sus sentimientos.
Hablaban muy cerca uno del otro, EL con sus manos en su cintura, ELLA con sus brazos posados en sus hombros y sus manos entrelazadas por detrás de su cuello. Sus narices estaban juntas, EL sentía su respiración, ELLA su aroma; era el mismo perfume de hacía siete años, eso la transportaba por momentos.
EL sabía lo que quería, sabía que era fuerte lo que sentía por ella. Hablaban, pero sus palabras eran algo vacías, sabían, que querían algo más.
ELLA no sabía que hacer, no iba a arriesgarse a avanzar, no quería resultar lastimada, no quería ilusionarse. EL no iba a darse por vencido, mientras bailaban, avanzaba hacia ella cada vez más. Era muy increíble aún, pero disimuladamente ella retrocedía.
Los lentos continuaban sonando uno tras otro, y las demás parejas hablaban, pero para ambos, era como si estuvieran solos en todo el Universo.
De repente algo la detuvo por la espalda. Había retrocedido hasta la pared, de alguna manera, ya no podría huir más de lo que estaba por venir. EL sabía que estaba muy cerca y antes de hacerlo, hizo la pregunta que rondaba en su cabeza desde que tomó su mano hacía ya unos treinta minutos atrás.
Se aproximó un poco más a su rostro, respiro profundamente y habló:
-“¿Estás saliendo con alguien?”

ELLA sabía cual era la repuesta. Pero podía elegir, tenía dos opciones. O mentir y decirle adiós; o decir la verdad y arriesgar su corazón que aún latía más rápido solo de verlo.
Algo en ella le decía que esta vez iba a ser distinto…
Mirándolo fijamente a los ojos respondió: -“No, gracias a Dios estoy sola”.-

EL se acercó, su cuerpo estaba apoyado en el de ella; el contacto era casi total. Para ella su cuerpo era como un refugio, se sentía segura en ese preciso instante, tan segura como nunca se había sentido.
Su pecho estaba junto al de ella, sus manos la sujetaban más fuerte que antes.
Se miraban a los ojos, ambos sentían el palpitar de sus corazones, eran como una sola persona. La música bajaba lentamente, EL acerco su boca a sus delicados labios, ELLA rodeo su cuello un poco más. EL rozó sus labios con los de ella con tanta dulzura que ella casi muere de amor. Finalmente besó la comisura de su boca y luego en el oído de ella susurro:
-“…Gracias a Dios…”
Volvió a mirarla a los ojos. Amaba sus ojos tan simples pero únicos a la vez. ELLA lo miró con todo el amor que tenía adentro, ese mismo que sentía a los 14 años, pero ahora mucho más intenso.

La música terminó, una bulla comenzó a aflorar. ELLA se separó rápido, pero sabía q había sido observada. EL suspiró, sabía que podía funcionar.
La voz volvió a oírse…
-“Todos a la Sala B, por favor, hay algo que surgió y queremos compartir la idea, a ver si es buena.”
EL la miró y le tendió la mano, -“¿Vamos?”- le dijo.
ELLA casi cae en sus brazos por su gesto. Lo miró y asintió con la cabeza. Comenzó a caminar mientras enroscaba su cabello en sus dedos.
EL sonrió y la siguió. Sabía que eso no era rechazo, a pesar de los años era la misma chica vergonzosa que se sentaba a su lado y compartían horas de clases. Eso lo enloquecía, sabía que era la misma.

Como si volvieran de un recreo, todos fueron ingresando y se sentaron en los bancos. Al llegar a la sala, ELLA se sentó en el tercer banco al lado de la ventana que daba al patio. Ese era su lugar, era la sala en donde había disfrutado del último año. A su lado estaba Analía, su amiga de toda la vida, con la que siguió la secundaria y con la que actualmente estudiaba la misma carrera, eran inseparables.
EL se sentó detrás de ella, mientras los demás terminaban de ubicarse, le toco el hombro y ella volteó para verlo.
-“¿Te sentás conmigo?”- dijo en voz baja. Sabía que si hablaba más fuerte ella moriría de vergüenza. Verdaderamente la conocía.
ELLA le sonrió y asintió pero no pudo cambiar su lugar.

Cuando iba a levantarse, la anfitriona, la voz que había dirigido el “reencuentro”, apareció. Sabía quien era; la autora de los 30 minutos más felices de su vida era Carla. Era una de sus mejores amigas de la niñez, hacía años que no la veía, lo último que había sabido de ella era que estudiaba en Europa.
Carla la saludo desde su lugar, ya tendrían tiempo de hablar.
ELLA volvió a su lugar, al lado de Analía. Marta, otra chica de la que casi ni se acordaba, ocupo el lugar que iba a tomar. ELLA lo miró. EL le guiñó un ojo y le sonrió. ELLA volteo poniendo su atención en el frente.
Eso hizo que EL terminara de enloquecer, el perfume de sus rubias y largas ondulaciones invadió sus pulmones.

La anfitriona habló: -“Surgió una muy buena idea, con un grupo de chicos acá. ¿Que les parece hacer una fiesta de disfraces esta noche acá en el patio? Podemos hacer que funcione, pero tenemos que cooperar todos.”Todos festejaron y luego aceptaron la idea. ELLA sabía que era una gran oportunidad, El también sabía eso.
ELLA sabía que esta vez iba a ser distinto…
De apoco se fueron ofreciendo para todas las cosas que hacían falta y fueron organizándose. ELLA guardaba silencio, como era costumbre. EL no decía nada, estaba distraído contemplándola; a veces jugaba con sus rubias ondas que tan bien le quedaban.
Luego de oír todo atentamente, ella habló: -“Yo me puedo encargar de la música y los equipos, mi primo es DJ”
EL, inconscientemente, sonrió. Su voz era preciosa y sabía que tenía una voz increíble. La había oído 7 largos años atrás, cuando ella cantaba las canciones en clases o cuando ensayaban en el taller de danzas al que los dos asistían. No solo cantaba bien, bailaba también. EL lo sabía a la perfección, había sido su pareja de baile en todas las presentaciones que realizaron con el taller.
EL pensó,…-”A esto yo le llamo las cosas del destino”.
ELLA también pensaba, “Esta vez todo será distinto”.

EL no se ofreció para nada, había cosas quehacer ahí mismo, ayudaría con eso y estaría cerca de ella.
ELLA también se quedaría en el colegio, solo necesitaba llamar por teléfono para cumplir con su parte.
Todos comenzaron a levantarse, cada uno con sus cosas para hacer. ELLA giró sobre su silla, y posó su mano en la mesa de él, dispuesta a levantarse. EL apoyo su mano sobre a de ella, y le sonrió de la manera más dulce. ELLA le devolvió la mirada, retiro su mano con una suavidad, igualada a la de un ángel y se levanto de su silla.
Llegó hasta la puerta de la sala, Brenda la esperaba afuera, la tomó por lo hombros y le dijo: -“Asegurate que haya toda la música de nuestra época”.
Ambas lanzaron carcajadas. EL desde la sala volteó para verla, aunque no hacia falta, sabía que era su risa, era la misma, y tan distinta a la de toda la otra gente. Giró y caminó hacia un grupo que aun decidía sobre algunos detalles, intentando interesarse por algo, pero giraba de a momentos para observarla.
ELLA hablaba con su compañera. Brenda se acerco un poco a ella, y le dijo algo que no supo como tomarlo… -“Ojo con él”.
Sabía a quien se refería. ELLA la miró confundida, ¿que podía pasar?... ¿Qué sabía Brenda?, no le encontró respuesta a esas interrogaciones, pero ella sentía que esta vez sería distinto.
Salió a la puerta del colegio, sacó su teléfono celular del bolso que llevaba y marcó un número. Cortó y volvió a marcar. Su primo no contestaba.
Volvió adentro del edificio y encontró a Analía organizando todo, como siempre hacía cada vez que una fiesta estaba en puertas.
-“¡Ana, Ana!- exclamó, su amiga se detuvo para oírla, -“No ubico a mi primo, me voy hasta su casa a ver si lo encuentro. En cinco minutos vuelvo”-
-“Bueno amiga, yo me quedo organizando todo con Carla acá, no te preocupes.”
ELLA saludo a su amiga y salió a toda prisa por la puerta que recientemente había cruzado.
EL la vió salir, pero sabía que iba a volver. Ella fiel a su personalidad, tenía que cumplir con la responsabilidad que había asumido. Sabía como era, a pesar de los años sin verla, ella era la misma.
Alguien entró a la sala donde él se encontraba y pregunto quien podría ayudarlo con unas luces. EL se ofreció sin pensarlo mucho, después de todo debía pasar el tiempo de alguna manera, esperando el regreso de ELLA.
-“Tenemos que ir a buscarlas”-le dijo mientras avanzaban hacia la puerta de salida. –“¿Tenés vehículo?”
EL pensó en ELLA por ultima vez antes de responder.
-“Sí, está acá a una cuadra. Vamos.”- le respondió mientras señalaba hacia su derecha, ya en la vereda.
A medio camino, la cruzó a Brenda que venía cargada de bolsas, posiblemente era comida. La detuvo.
-“¡Bren!, Voy con Pablo a buscar unas luces. En quince minutos vuelvo, por si alguien me busca…”. Brenda asintió con su cabeza y siguió su camino.

Diez minutos más tarde, ELLA regreso al colegio con una gran sonrisa y una gran sensación de satisfacción.
–“Lo de la música ya es una preocupación menos. Mi primo trae todo, ¡hasta me ofreció un karaoke!”-
Todos festejaron y algunos comenzaron a imaginar el ridículo que harían cuando les tocara hacer karaoke.
Las cosas marchaban más que bien. Sería una gran fiesta para todos. Sería una gran noche para ELLA.
Cada uno volvió a hablar de las cosas que tenía que hacer y volvieron a las actividades que tenían.
ELLA recorrió el lugar con la mirada, no lo vió. Pero por alguna razón, no se decepciono.
Alguien se acerco por su espalda y le susurro la afirmación de lo que ella pensaba.
-“Salió a buscar las luces, dijo que si alguien lo buscaba, que le diga que volvía en 15 minutos”
ELLA giró y encontró a Brenda que mientras sonreía le guiñó un ojo. Le devolvió la sonrisa y lanzó un suspiro. Su cara estaba resplandeciente y sus mejillas estaban manchadas de esa vergüenza juvenil que aun se podía apreciar en ella. Parecía mucho más joven de la edad que tenía. Y así se sentía.
Ella sabía que esta vez sería distinto.

Fue hacia el baño, se miró al espejo, retocó su maquillaje natural y aplicó brillo a sus labios. Se acomodó su cabellera y guardó todo en su bolso. Afuera el sol caía lentamente y la tarde iba desapareciendo. Consultó su reloj.
-“Cinco minutos más”- se dijo. Y volvió a mirarse al espejo por última vez.

Cerró sus ojos. “Cinco minutos más, por favor, ¡Sólo eso!
Pero no pudo. Fue imposible esperar un poco más. Abrió sus ojos y la claridad la invadió. Aunque el sol no estaba presente en su ventana.
ELLA yacía en su cama, y ya no podía volver a soñarlo, simplemente ya no podía.
Con la más grande de sus decepciones se levanto, se vistió y se preparó para el trabajo. Un día gris y lluvioso la esperaba fuera de su casa. Igual que el día anterior, preparó su almuerzo. Apenas lo probó y luego salió a enfrentar su rutina. Casa-Trabajo-Casa.
El día iba a ser igual a todos los que ya había vivido, o incluso peor.
Por un sueño, volvió a sentir cosas que había dejado escondidas, volvió a sentir el dolor de ese amor no correspondido que años le había llevado superar. Pasó todo el día pensando en su sueño, rogando que cuando esa noche apoyara su cabeza en la almohada, pueda continuar con lo que había empezado.

Pero ella sabía que no iba a suceder. No. Ya no tenía esperanzas. Estaba cansada de verlas caer, siempre pensaba que todo va a ser diferente. Eso ya no volvería a ocurrir. Nunca.
Solo sabía que debía continuar viviendo, dejando todo donde estaba, sus sentimientos escondidos, sus sueños en su inconsciente.
Esa noche se recostó en su cama y pensó que sería de la vida de EL, si aún estaría en la cuidad.
Se durmió pensando en ese beso tan dulce y tierno, había sido tan claro que no parecía un sueño, todo lo contrario, le había producido tantas cosas que lo creía real.
Dando un último suspiro se dijo:-“Mañana será otro día”.
Cerró sus ojos y una lágrima rodeó su mejilla.
ELLA durmió profundamente.

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~. y volvi mi mirada al pasado, y Te ví ahi tan claro como si ayer hubiera sido la última vez que nos vimos, y me habia enamorado de vos; lo pense por un momento y decidí dejarte ahí, porque se que las posibilidades de que en estos días pase lo que no pasó hace ya tanto tiempo, es imposible; en esta relación donde solo yo te quiero, la decisión la tenes vos.~


A PESAR DE LOS AÑOS YO TE SIGO QUERIENDO O AMANDO, O LAS DOS COSAS, NO LO SE, VERTE ME PRODUCE COSAS QUE NO SE DESCRIBEN.-


Lo único cierto es que mis sentimientos volvieron,

estan haciendo estragos en mi,

y yo que pensaba tener todo bajo control,

hoy estoy tratando de organizarme,

pero vos das vueltas en mi cabeza,

y quiero que sepas que mis suspiros,

me los robaste todos vos.-


Y a pesar de los años, seguis siendo la misma persona, por eso SIGO enamorada de VOS.~
~.La SiLvi.~
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